sábado, abril 07, 2012

Narrows - Painted (2012)


Hay momentos de la vida en los que, por razones concretas o incluso sin ninguna aparente, la ira y la rabia nos infecta y nos invade como una de las peores enfermedades que pueda experimentar el ser humano. Por ello, todos buscamos una manera de canalizarla y expulsarla de nuestro interior con el propósito de aliviarnos y sentirnos más liberados. Los más radicales lo hacen mediante el uso de la violencia, y otros buscan alternativas que, siendo violentas, no suponen un riesgo para nadie.

La música es un buen ejemplo de ello, no creo que haya que ser muy avispado para darse cuenta de ello. Si hoy tuviera que hablar sobre algún disco que sea una buena vía para eliminar toda la furia que florece en nuestro interior, ése sería sin duda el nuevo disco de Narrows. Formados en 2007 en Seattle, Washington, Narrows se puede decir que es una formación de auténtico lujo. Para comenzar, la banda está encabezada por Dave Verellen a la voz, que no es ni más ni menos que el vocalista de una de las bandas difuntas más significativas de ese género que se conoce como Mathcore, ésa es, Botch. A ello hay que añadir al bajo a Rob Morran (Unbroken, Some Girls), Ryan Frederiksen (These Arms Are Snakes) y más, y ya tenemos un grupo que, sin tener todo el merecimiento que debiera, goza de un potencial que ya quisieran algunos a día de hoy.


Tras su aplastante debut de larga duración titulado New Distances, Narrows vuelve a la carga a través de Deathwish para darnos una bofetada tan fuerte que nos desnucará contra el piso. Así sin más. Painted es un disco directo y con la duración suficiente como para desear volver a repetir plato, pero que a su vez presenta matices variados dentro de su propio esqueleto. Para empezar, la banda apuesta fuerte con Under The Guillotine, con un sonido arrollador y una energía volátil que hará volar todo por los aires, mientras presenciamos a un Dave que no sólo sigue en plena forma, sino que incluso se ha vuelto más fiero a la voz, capaz de arrebatarte las energías en cuestión de milésimas de segundo, todo ello a través de una ejecución a las guitarras y más aún a la batería y el bajo colosal, pasando en un instante de la pura salvajada a momentos relajados para estamparte la cara contra la pared rápidamente con un riff que parece ejecutado por colosos.

Con TB Positive la banda comienza a perfilar pequeños tramos puramente Mathcore, pero sin bajar nunca de revolución y ante todo de contundencia, mientras presenta una cierta aura negra y malsana que te ahogará lentamente, cosa que casi se puede decir también de Absolute Betrayer.


Pero sobre todo, la guinda del pastel llega con Greenland, un tema de casi exactamente 8 minutos en donde se toman un "respiro" para adentrarnos en las puras recreaciones atmosféricas claustrofóbicas a través de la saturación, de los golpes huecos y de los gritos en la penumbra para dejarnos a solas con una guitarra tranquila pero seria cual cowboy masticando tabaco mientras mira fijamente al horizonte hasta que todo estalla para meternos en una atmósfera opresiva donde todos forman parte de dicho atentado.

Tras ello la banda vuelve a la carga con 4 temas más que te tirarán al suelo y te lincharán como una pandilla de maleantes, si bien la cosa decae un poco, pero nunca bajando por debajo de la línea que define la calidad. Y a Narrows desde luego le sobra, y tiene para repartir con temas como "It's The Water", Final Mass o la fulminante Face Paint con una mala baba que te hará hasta entrar en pura cólera.


Una animalada en toda regla, una bestia parda que te arrinconará y hará contigo lo que le plazca, todo eso y a la vez un excelente medio para eliminar toda la negatividad que desprende tu cuerpo. Cuando necesites liberarte, acude a Narrows, ellos te aconsejarán a base de hostias.



Puntuación: 8'5/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario