sábado, julio 31, 2010

Fukpig - Belief Is The Death Of Intelligence (2010)

Ya era hora de volver a retomar mi lado más puerco con el Grindcore, y nada mejor para ello que lo nuevo de estos cazurros que me ha pillado por sorpresa, ya que no me lo esperaba para nada. Entremos un poco en materia: Fukpig se forma en Reino Unido de mano de miembros de Anaal Nathrakh y Mistress, allá por 2001. Sin embargo, en 2004 se mantienen en hiato, centrándose cada uno en sus proyectos, hasta que vuelven en 2008, grabando su primer disco Spewings From A Selfish Nation en 2009. El resultado no puede ser mejor: bajo el sello Feto Records (formado por el propio Mick Kenney de Anaal Nathrakh y Shane Embury de Napalm Death), el disco muestra un auténtico bombardeo sonoro en donde se notan las claras influencias de sus otras bandas. Así siendo rápidos y concisos, Fukpig es como Anaal Nathrakh, pero dándole la vuelta a la tortilla, es decir, en vez de tirar más hacia el Black Metal, tira hacia el Grindcore rápido y destructivo propio de los antes citados Napalm Death, en donde se nota mucho la influencia de ellos, sobre todo en las voces que se acercan siniestramente a la de nuestro queridísimo Barney.

Pues bien, sin darnos tiempo a recuperar el aliento después de la batalla campal que suponía Spewings From A Selfish Nation, la banda da su segundo asalto un año después con este Belief Is The Death Of Intelligence. La fórmula vuelve a repetirse, y la ecuación vuelve a dar el mismo resultado: exacto, directo, como un misil Tomahawk a la cara. Fukpig vuelve a cortarnos la respiración a base de trallazo tras trallazo en más de media hora de duración de disco lleno de auténtica rabia y mala fostia, con la voz esquizofrénica característica de Misery, esos toques propios del Black, con introducciones de catedrales oscuras, con la guinda propia del Crust, y con disparos a quemarropa como Mind Attack, Sadism In The Name Of God, la rallada mental que presenta Existential Terror, o esos espeluznantes coros de This Is England. Todo eso es un pequeño ejemplo de lo que nos encontraremos en este disco, y sé que no será suficiente para ti, por lo que volverás a reproducir el disco con tal de sacar toda la adrenalina acumulada en tu cuerpo y que te está pidiendo salir a gritos.


Está bastante claro, Reino Unido es la cuna del Grindcore. Lo fue en su nacimiento, y lo sigue siendo ahora con grupos de este calibre que siguen mostrando la rabia y esencia del género en sus comienzos hoy en día, bandas que critican la sociedad y que no se callan lo que tienen que decir.

Que les jodan a los que consideran esta música propia de enfermos, nadie esperaba que los entendieran, ni lo siguen esperando en la actualidad.

Puntuación: 9/10

viernes, julio 30, 2010

Mose Giganticus - Gift Horse (2010)

Empiezo a pensar que Relapse Records está formado por auténticos caza-talentos que saben encontrar dicho don en los grupos que suben a su ya extensa formación. Es raro que este sello tenga un grupo que no sea de mi agrado, todos y cada uno de ellos me encantan, unos más que otros, pero me encantan, a saber: Cephalic Carnage, Pig Destroyer, Mastodon, Baroness... son algunas cartas de la extensa baraja de esta gente.

Recientemente han alistado en su infantería a esta banda que puede dar mucho de qué hablar de cara a un futuro. Seré breve: Mose Giganticus es una banda formada en Pennsylvania, Estados Unidos, de un solo miembro, Matt Garfield, y que se mostraba con un sonido entre el Heavy Metal y el punkarrismo más rebelde con el uso de sintetizadores para darle un toque cibernético a la cosa. En 2006 lanza su disco debut The Invisible Hand, centrado en las relaciones de la humanidad con la tecnología, y más adelante lanza un EP, Commander!, basado en las obras realizadas por el inventor Nikola Tesla.

Hoy, 2010, Mose Giganticus lanza su nuevo LP, Gift Horse, esta vez bajo el sello de Relapse Records que se ha dado cuenta del potencial que puede presentar este hombre. En este disco se puede notar una evolución notable, pasando a un sonido mucho, mucho más duro que sus anteriores obras, adentrándose en el mundo del Sludge. Centrando sus letras esta vez en su obsesión por la Biblia, Gift Horse se puede decir que es como una especie de mundo cúbico, tridimensional, propio del de la clásica película Cube, pero quitando todo ese halo de thriller y añadiendo un aura de misticismo y cosmos propio del universo más infinito. Porque la música que Matt Garfield hace gala en este disco es tan perfecta como un cálculo matemático, y no hay cabida para los fallos. 7 temas de auténtica maestría que muy pocos pueden alcanzar y mucho menos presumir. Lo primero que uno se da cuenta de Gift Horse es la influencia clara y exacta que presenta de los míticos Melvins. Vamos, es imposible no pensar en ello cuando arranca ya de por sí Last Resort, el primer tema que nos manda directamente al espacio con una ejecución excepcional, única. Además de ello, el disco también muestra un sonido próximo al de Mastodon en todas sus facetas, desde el sonido más crudo de sus primeros Remission y Leviathan, al toque más propio del Rock progresivo de su último e indispensable Crack The Skye, incluso también de Baroness. The Left Path es posiblemente la mayor evidencia de ello, con unos riffs y un toque muy propio de los antes mencionados.

Por supuesto, Matt Garfield mantiene el sonido característico de su proyecto al comienzo, y éste se va haciendo cada vez más notorio a medida que avanza el disco, sobre todo con los dos últimos temas White Horse y The Seventh Seal, donde alcanza un sonido espacial sin igual, que te hará flotar como si de ácido puro hayas exprimido, casi rozando el Space Rock.

Siete temas, siete temas de un auténtico coloso que nos obligará a fregar el suelo embadurnado en nuestras propias babas, siete temas que igualmente se nos hará a poco debido a la brevedad que presenta el disco, y que nos dejará con ganas de más. Un disco que como los buenos vinos añejos, se irá haciendo cada vez más y más mejor con el paso del tiempo.



Puntuación: 9'75/10

jueves, julio 29, 2010

The House Of Capricorn - Sign Of The Cloven Hoof (2010)

Parece que Nueva Zelanda se está convirtiendo en un nuevo referente en cuanto a Stoner se trata. Ya hace poco nos lo hizo mostrar así nuestro amigo bloggero Cthulhu en su blog con los Arc Of Ascent. Hoy, se vuelve a confirmar el hecho con esta banda.

The House Of Capricorn es simplemente evocador, evocador del sonido más desértico que nuestros oídos puedan apreciar. Como si de una película de camiones cruzando los desiertos de Arizona se tratara, esta banda puede hacer muestra y gala de un hacer en la música excepcional y única, que te hará ponerte tus gafas de sol más molonas, sombrero de cowboy, y subirte a lomos de tu Shelby GT 500 imaginario. Nacidos allá por 2001, The House Of Capricorn empieza a hacerse un hueco dentro de la escena de Nueva Zelanda con sus pequeños trabajos materializados en demos y algún EP. Pero allá por 2009 dan el pistoletazo, y es cuando lanzan una demo de lo que un año más adelante sería su primer LP y disco debut, Sign Of The Cloven Hoof, ayudados por la mano de Jamie Saint Merat (Ulcerate), encargándose de la grabación del disco.

Y aquí están, haciendo muestra de un Stoner que bebe mucho del Doom Metal, con un sonido gordo como un portaaviones, y que muestra algún resquicio propio del Sludge incluso. Y de la misma manera que cualquier banda del género, muestran una cañería y un ritmo desenfrenado en su música, haciéndote mover todo el cuerpo. No es raro salir disparado como un hombre bala con temazos como A Candle For The Morning Star, Archways o el todopoderoso tema Sol. Por supuesto hay temas que son mucho más Doom que otros, y algunos que se apoyan en ambos estilos, con riffs rápidos y batería bailonga, y otros más propios del género tradicional de unos Candlemass, todo en un mismo tema. A A Candle For The Morning Star me remito, donde se puede notar ese cambio de contraste.

Y posiblemente uno de los factores que más llaman de la banda y que te hacen recordar a los antes citados Candlemass es la voz. Y es que es raro no pensar en Marcolin cuando escuchas por vez primera el timbre de voz de Marko Pavlovic. Incluso a final de disco alcanza registros que pueden hacerte pensar también en un Warrel Dane (Nevermore) con ingentes cantidades de humo inhaladas, siempre con un toque de personalidad que lo difiere de los anteriormente mencionados. Todo depende del enfoque que le des a la voz.

Poco a poco The House Of Capricorn entrará en tus entrañas y te controlará cual marioneta de teatro, haciéndote ladear cabeza y cuerpo al ritmo de su música. Y una vez haya concluido Sign Of The Cloven Hoof, no podrás evitar volver a darle al play para sentirte atrapado nuevamente ante esta tormenta de arena sonora que te enterrará vivo.



Puntuación: 9'25/10

miércoles, julio 28, 2010

Ozric Tentacles - The Yumyum Tree (2009)

Bueeeno, y después de haberme tomado un pequeño descanso centrándome en otras cosas desde que el otro día una amiga me ha regalado un par de videojuegos para PC (entre ellos Max Payne, Desert Storm y Need For Speed Carbono, ha sido volver a una de las etapas de mi pasado), y tras acabármelos (soy de los que cuando juegan a un videojuego, me olvido del resto y no vuelvo a mi mundo hasta que me lo termino), es hora de volver a retomar el blog.

Y ya que hablo de videojuegos, lo que más me encanta de éstos es sobre todo el Soundtrack y la BSO que suelen acompañar a éstas. Desde la música de las consolas de antaño en máquinas recreativas y que se te metían en la cabeza como una droga, hasta juegos con gente de prestigio a cargo de la BSO de éstas como puede ser Metal Gear Solid con Harry Gregson-Williams al cargo, lo cierto es que los temas que acompañan a los videojuegos son una de las claves insignias de éstos, siendo fácilmente reconocible los temas principales de juegos como Super Mario, Metroid, Hitman (una de las BSO's más increíbles que haya escuchado nunca), y demás.

"¿Y a santo de qué coño viene esto?", preguntaréis. Tranquilos, mis impacientes lectores, todo esto es una introducción para poneros en situación de lo que voy a hablar ahora. Ozric Tentacles es, indiscutiblemente, un viaje al pasado, en donde nos harán evocar a nuestra infancia en la que perdíamos horas y horas en las recreativas, en nuestras Game Boy's, en nuestros héroes pixelados y mucho más. Y es que la música de esta gente es, en mayor o menor medida, perfecta para pasar a ser BSO de cualquier videojuego que se precie. No sé ustedes, pero yo al menos cuando me reproduzco algo de esta gente, me es imposible no pensar en mi lado consolero, e incluso en bastas y extensas playas paradisíacas. Si de formar parte de algún juego se tratara su música, está claro que ése sería Outrun, clásico entre clásicos. O Metroid, por ese rollo futurista que se lleva.

Ozric Tentacles nace allá por 1983 en Reino Unido. Quizás esto es lo primero que impresiona a uno. La longevidad de esta banda, y el poco reconocimiento que tiene, ya que casi se podría decir que es una de las bandas insignia de ese género tan astral que es el Space Rock. Más de 2 décadas de actividad con una bastísima discografía, en la que The Yumyum Tree, basado en el poema Jabberwocky de Lewis Carroll es su obra más reciente, y un claro ejemplo de lo que esta gente hace. Como bien sabemos, el Space Rock es un género que juega mucho con los sintetizadores para conseguir ese efecto cósmico, aunado en la Electrónica. Sin embargo, Ozric Tentacles juega tanto con este recurso en este disco que casi se podría decir que es Electrónica con toques de Space Rock, en vez de al revés. Esto es debido a que juegan mucho con los teclados y los sintetizadores, consiguiendo unos pasajes y texturas acojonantes, todo ello bajo un ritmo y atmósfera psicodélico, muy psicodélico, y con un progresismo digno de las mejores bandas del estilo. Habrán temas más rockeros que otros, como Oddweird, pero generalmente se basan en las ambientaciones y los sonidos electrónicos.

¿Dispuesto a volver a los 80's?



Puntuación: 8'75/10

sábado, julio 24, 2010

Rhino - Dead Throne Monarch (2008)

Hay bandas que desde el momento en que las escuchas por primera vez, sabes que van a llegar muy lejos. Tan lejos que es imposible distinguir el límite de dichas bandas en el horizonte. Y a pesar de que aún siendo así, muchas de ellas se quedan estancadas porque no obtienen esa oportunidad que necesitan o se merecen (digamos sellos que se fijen en ellas y demás), lo cierto es que estando como están, están de puta madre.

Ése podría ser el caso de Rhino, banda que me cuesta pensar que puedan tener un límite, porque el sonido arrollador que desprenden y la inspiración que albergan, hacen pensar que quizás ni siquiera tengan un final, que están hechos para tocar, tocar y tocar hasta el fin del universo. Y son de esas bandas que se hacen mencionar por su música, sin importar si está o no en alguna discográfica de prestigio que le den una publicidad abrumadora (aunque ahora mismo se encuentran en Doomentia Records, sello que ha producido material de bandas como Claws o los también españoles Orthodox).

Rhino, que actualmente han pasado a llamarse Horn Of The Rhino por cuestiones legales, se forma cuando Left Hand Riders se disuelve. Entonces Javier Gálvez forma la banda cogiendo el nombre del único EP que la banda había lanzado antes de su separación. A él se le unen Sergio Robles y Miguel Moral, quien pronto abandona la banda y es sustituído por Julen Gil, formando así el power trío que son hoy en día, y tras una demo y su primer LP Breed The Chosen One bajo Odio Sonoro y 7th Gate, lanzan su segundo álbum, Dead Throne Monarch.

Lo primero que sorprende de la banda es el sonido tan jodidamente gordo que presentan. Un Doom Metal acelerado, con toques propios del Stoner, muy rítmico y marcado, y con un sonido muy oscuro y sucio. Lo segundo, la facilidad que tiene esta banda para sacarse unos riffazos de la hostia con total facilidad, uno tras otro, como estampidas de búfalos que caen encima tuya y te hacen picadillo en un segundo. Y es que es increíble pensar la inspiración que le viene a esta gente a la hora de hacer unos riffs tan jodidamente pegadizos y que te hacen sacudir las vértebras hasta la dislocación. Simples, pero muy efectivos.

Esto demuestra que la banda le muestra tiempo y dedicación a las composiciones y sus temas con mucho mimo, ya que en Dead Throne Monarch ningún tema sobra, ninguno. Todos destacan a su manera, todos tienen su aura, su espíritu. Fliparás con bombardeos como Horned Crown, Earth Reclaims The Usurper o Pale Horses Coming, los riffazos aniquiladores que presentan en Bahamüt, ese toque jazzero con el saxofón de por medio en Promise Of Storm, el grueso que presenta Funebre con 15 minutos de mastodóntica potencia sonora, o el sabor desértico y 100% Stoner de Wendigo, todo ello aunado en la voz de Javier Gálvez que baila entre las voces rasgadas y secas y las voces limpias propias del Blues, con un timbre que me recuerda (y pongo la mano en el fuego y mis huevos en peligro de ser capados) al dios difunto Layne Staley, por supuesto salvando las distancias. Vamos, ésa es la impresión que me da por momentos.

Como curiosidad, el art-work de la portada ha estado a cargo de Rafael Garrés, conocido artista dibujante que ha trabajado en DC Comics.

Un sonido destructivo, arrollador, y que han lanzado recientemente su nuevo disco Weight Of Coronation bajo su nuevo nombre, y que parece dar un ligero cambio al sonido, pero manteniendo el toque personal que los caracteriza. Y sí, esto es de "Aspaña".

Puntuación: 9'75/10

viernes, julio 23, 2010

Nadja - Thaumogenesis (2007)

No hay nada mejor en esta vida que tumbarse en el sofá un día nublado y/o lluvioso en tu casa, mirando hacia la ventana cómo caen las gotas de lluvia, el ruido celestial que emiten, mientras escuchas algo que acompañe al momento, algo tranquilizante, que te haga volar y soñar despierto. Son momentos que cuando uno disfruta, siente que todo a su alrededor nada importante, las preocupaciones desaparecen, y sólo quedan tú y tus pensamientos.

Nadja es indiscutiblemente un ejercicio para ello, capaz de teletransportarte a un mundo esotérico y único, un lugar virgen el cual nadie ha pisado jamás, un lugar donde el todo y la nada se fusionan en un universo infinito y maravilloso. Quienes conozcan a esta banda, sabrán a lo que me refiero. Formado en 2002 en Toronto (Canadá) por Aidan Baker, al cual no tardaría en unirse a su proyecto Leah Buckareff, Nadja (apellido que significa "esperanza") es la búsqueda del sonido más potente del Ambient, con pasajes y texturas propias del Drone, del Doom e incluso del Shoegaze. Con una extensísima discografía (sólo eclipsada por la bastísima discografía de Senmuth, ¿de dónde coño saca esta gente tanto tiempo, pasta e inspiración?), he decidido elegir Thaumogenesis de todos ellos por ser uno de sus trabajos más conocidos y representativos de esta banda, en donde se muestra su faceta más Drone.

Thaumogenesis se basa simplemente en un sólo tema que se prolonga hasta la hora de duración (chupaos ésa, Dream Theater), plagado de elementos diversos, de una transición pasmosa e inigualable, lleno de pasajes y atmósferas que es difícil explicar en su totalidad. Un disco digno de escuchar, como ya he dicho, postrado en el sofá. Masterizado por James Plotkin (todo un hacha que ha colaborado con bandas como Khanate, Pelican, Earth y Sunn O))), entre otros), Thaumogenesis es difícil de explicar, es como estar perdido en el universo, solo que no te estalla la cabeza, sino que das vueltas sin rumbo. Estoy seguro de que si existiera el Nirvana, lo que sonaría sería este disco para toda la eternidad (qué traumático viéndolo así).

Explicar el tema que encierra este disco es como explicar punto por punto la Historia de España en poco tiempo, pero voy a hacer un esfuerzo y más o menos daré algunos detalles de lo que nos encontraremos en este disco en 4 partes, cada una correspondiendo a un cuarto de hora de lo que dura en sí el tema.

Parte I

Comienza con una suave melodía que llega desde la nada y que se prolonga hasta los 5 minutos. Acto seguido, implosiona en toda una muestra de Drone pesado, muy pesado, capaz de oprimirte cual cucaracha y reventarte los órganos. Un sonido duro y compacto, con toques propios del Doom, capaz de plantarle cara a los Sunn O))) en cuanto a ruidismo se refiere.

Parte II

Quizás la parte que más texturas y piezas de teclado y Electrónica presenta, el Drone se va disipando como una nube de humo progresivamente, de nuevo suaves melodías son acompañadas de un sonido esotérico. Pequeñas notas de guitarras distorsionadas se hacen entrever ante tal muro sonoro.

Parte III

La naturaleza de Thaumogenesis se va elevando y engrandeciendo, volviéndose cada vez más celestial, más embellecedor, hasta que llega a un clímax que no se puede mantener más, y como la cuerda que se estira hasta partirse, todo ese sonido se rompe y queda sólo ante unas notas de guitarra Drone, muy distorsionadas, que pueden hacernos recordar a unos primerizos Pelican. Todo ello con la presencia más patente de la batería que hace acto. Más tarde, el ritmo se marca muchísimo más, entrelazando notas distorsionadas que son auténticos ataques directos con pequeñas atmósferas entre nota y nota.

Parte IV

Todo el ataque sonoro arrollador anterior desaparece como una brisa y nos dejan solos ante unas pequeñas melodías de guitarra acústica, acompañados de unas texturas implacables propias de unos Isis, incluso me vienen a la cabeza Caspian con ese sonido propio del Post-Rock en los últimos minutos. Desde luego, el broche de oro de Thaumogenesis junto con la tercera parte. La distorsión que presenta se hace cada vez más y más grande, hasta el punto de rozar el Noise por momentos.

Lo mejor de todo Thaumogenesis es que a pesar de la hora de densidad musical que presenta, entra como miel por los oídos, todo gracias a que se toman su tiempo y tranquilidad en profundizar en las atmósferas, en los riffs y las texturas que ejercen en su música y en el disco. Sin lugar a dudas, un disco para soñar, y ahora que lo escucho en un día triste como hoy, en donde las nubes amenazan con llorar en breves, me sabe incluso mejor.

Puntuación: 10/10

jueves, julio 22, 2010

Lair Of The Minotaur - War Metal Battle Master (2008)

Hay una palabra que me produce repelús cada vez que la oigo mencionar: ÉPICO. Todo es debido a la horda de bandas Power Metal del palo que han ido surgiendo durante todos estos años y que me han hecho repudiarlos. Gente como Rhapsody o Dragonforce son objeto de mis burlas y mofas, y aunque he de admitir que hay grupos del género muy buenos (Symphony X, Kamelot, Kiuas...) y que en un pasado me gustaba en cierta manera este género, no he tardado mucho en acabar cansándome de tanta espada forjada, de tanto dragón y elfo marica. Y por ello he acabado repudiando la palabra "épico", debido a estas bandas. Cuanto más Power, más épico serás... bah.

Pero la verdad es que con bandas como ésta hay que usar la palabrita de los cojones para definirlos y referirnos a ellos, porque Lair Of The Minotaur es auténtica epicidad. Si bien en su último disco Evil Power se han tornado a un sonido más thrashero y cazurro sin dejar atrás su esencia, lo cierto es que este disco tiene mucha más personalidad y, qué coño, es mi preferido. Respecto a la banda creo que no hay mucho que decir, una de las mejores de su género actualmente, un Sludge/Doom muy thrashero. Fichando por aquella época por Southern Lord (importante sello de Greg Anderson, miembro de Sunn O))) ), Lair Of The Minotaur se caracterizaba por un sonido gordo, muy gordo.

War Metal Battle Master es su tercer disco después del Carnage y The Ultimate Destroyer, y supone una maduración de su sonido. Para empezar, coge un mayor transfondo en sus letras, centradas en la mitología griega, en la guerra y la violencia. En segundo lugar, si hay algo que destacar en este disco es el bajo, a manos de Donald James Barraca (después abandonaría la banda), con un sonido muy grueso, todo gracias a una producción que logra que el bajo no quede en un segundo plano y no se pueda apreciar su sonido respecto a los otros instrumentos, haciéndose casi invisible, como suele ser costumbre en la mayoría de producciones. Luego habría que mencionar esas distorsiones a manos de la guitarra y el sonido tan sucio que presenta el disco, además de la variedad de voces y registros que nos podemos encontrar.

El resultado es un auténtico minotauro sonoro capaz de aplastarte y despedazarte vivo, acorde a lo que buscan y haciendo mención al nombre de la banda. Como ya he mencionado, la velocidad caracteriza a esta banda, que si bien tampoco son unos Sodom, lo cierto es que mantienen un ritmo más acelerado que el de la mayoría de bandas de este estilo, siendo el referente más cercano a ellos los también grandes Black Cobra. Y aunque presenten un sonido thrashero, no tienen miedo a frenar un poco y deleitarnos con temas como Doomtrooper. En serio, este tema si es auténtica épica, con ese comienzo propio de quien se prepara para una batalla campal de la que nadie va a salir vivo, cuyo sonido empieza a moverse como una avanzadilla, mientras las voces gritan un enfrentamiento de los dioses, para llegar a esas melodías que se marcan que te borran la cara de un plumazo. Pero generalmente son una apisonadora, con temas como Hades Unleashed, con ese comienzo oriental, y esos punteos; Slaughter The Bestial Legion, que te hará sacudir la cabeza como un poseso hasta que se te desmiembre, o Horde Of Undead Vengeance, un tema que te tira al suelo y empieza a aplastarte hasta enterrarte en tu propia tumba.

Coge tu yelmo, tu armadura y tu espada, Ares te llama a través de este disco que te hará viajar hacia la antigua Grecia en la que los más osados se atrevían a enfrentarse a los mismos dioses. Conviértete en todo un espartano a manos de War Metal Battle Master.

EPIC!!



Puntuación: 9'75/10

miércoles, julio 21, 2010

Battle Of Mice - A Day Of Nights (2006)

La música, como todo arte, es expresión, una caja llena de sentimientos que son desprendidos al abrir, un medio de expresión que todos usamos para transmitir nuestras inquietudes. Rabia, dolor, alegría, paz, odio, amor, tranquilidad, depresión... son un ejemplo de lo que nos puede hacer transmitir la música, de una u otra forma. Y como medio de expresión, me gusta que la música que escucho me transmita algo. Con el Death, Thrash, Black y el Core en general me entran ganas de destruirlo todo, de armarla, sentimiento de rabia, de sacar todo lo que llevo acumulado dentro a base de partirme el cuello, de pasar un buen rato divertido. Música como el Doom, Post-Metal, Post-Rock, Dark Ambient y demás me ayuda a concentrarme, a pensar y a tranquilizarme. Tristeza (o incluso alegría) es lo que normalmente suelo experimentar con esta música. Y son sensaciones que me hacen sentir vivo, y por ello me encanta. Todo depende de lo que quiera transmitir la banda (emisor), y de cómo lo perciba el oyente (receptor). Unos grupos transmitirán una cosa, otros, otra, y el oyente lo interpretará de una manera u otra.

Si tuviera que definir en una sola palabra lo que me transmite Battle Of Mice, ésa sería sin lugar a dudas "desconcierto". Porque lo cierto es que lo que hace esta gente me deja vulnerable, muy vulnerable, como una puñalada directa al corazón, pero en silencio. Lo que uno experimenta con su música es algo que muy pocas bandas he podido escuchar hacer. Battle Of Mice nace en 2005 cuando miembros de Made Out Of Babies, Red Sparowes (Josh Graham para ser exactos, que es además el visualista de Neurosis y un importante director de vídeo) y A Storm Of Light deciden unirse para hacer un proyecto que recoja el sonido de cada uno y se fusionen creando un ángel sonoro único. Y vaya que si lo hacen. Sacado el nombre de la épica Batrachomyomachia (o Battle Of Frogs And Mice) atribuida al poeta griego Homero, Battle Of Mice lanza en 2006 un Split junto con Red Sparowes y Made Out Of Babies, y poco después lanzan su primer y único disco A Day Of Nights (luego lanzarían dos años después otro Split con Jesu y se separarían, una lástima).

Lo que nos vamos a encontrar en este disco es algo que muy pocas bandas del género pueden llegar a realizar. Post-Metal aunado en los elementos propios del Post-Rock y el Drone, y sobre todo con el sello propio y característico de la banda que es Julie Christmas. Esta mujer es capaz de cantarte como una niña pequeña y tímida que te acaricia el pelo para acto seguido arrancártelo entero con una furia inigualable. Simplemente brutal. Y todo ello de una manera pasmosa, de la que es inevitable sumirse ante la majestuosidad y música de esta gente.

El disco arranca con The Lamb And The Labrador, el cual comienza con un sonido muy propio de Red Sparowes, para hacer acto de presencia la voz de Julie, dulce y angelical, y por momentos enferma, donde sus gritos agónicos se entrelazan con momentos más suaves, pero casi esquizofrénicos, mientras se meten en la cabeza esas notas de guitarra que te atacan como recuerdos abrumadores del pasado. Una vez ha terminado el tema, se abre ante él el que quizás sea mi tema preferido del disco, Bones In The Water, el cual empieza con una pequeña melodía propia de iglesia, mientras caen notas de guitarra como gotas de agua, que se van distorsionando progresivamente, propios del Drone, con una voz inquietante e insegura de Julie, para pronto estallar en una bomba de rabia y desenfreno, como si de una niña indefensa se tratara y que alberga en sí misma el monstruo que todos tememos. Unos gritos que son capaces de hacerte derretir el cerebro, todo aunado con algunas voces de fondo. Y pronto suena como unos recitales de una voz robótica. Acojonante, sólo os digo que la piel se me pone de gallina cada vez que escucho este tema, jodidamente acojonante.

A continuación, llega Sleep And Dream, donde Juliet empieza a recitar una palabras mientras un riff de guitarra se va acercando desde la lejanía, para acto seguido dejarnos con un sonido cristalino que estalla en gritos de desesperación de Juliet abrumadores. También tendría que destacar cuando la batería empieza a darle esos golpes de guerra que le da a mitad de tema, motivadores como pocos. Y por supuesto, las melodías y pasajes de la guitarra.

Salt Bridge se muestra mucho más apaciguado que los anteriores temas, incluso cuando estalla el sonido de la guitarra y la batería, y con Juliet, como no, con sus altibajos y altialtos, pasando de su voz melodiosa a los gritos desgarrados. Pasamos a Wrapped In Plain, que comienza con unas pequeñas notas de piano que nos cautiva y nos hace mecer como bebés en nuestro propio regazo. Uno de los temas donde Juliet se muestra mucho más dulce y tranquila que en los anteriores temas, un tema del que es imposible no enamorarse.

Y llegamos a At The Base Of The Giant's Throat, el tema más especial del disco, y os explicaré el por qué: a final del tema, se puede escuchar una discusión. Pues bien, esa discusión es real, y es una llamada de la 911 (el número de emergencia de Norteamérica) en la que se puede escuchar a la misma Juliet siendo agredida por un ex suyo. Escalofriante hecho, y esto explica a la perfección por qué este tema se presenta más violento, con una Juliet mucho más cabreada, y letras como "One hand on your neck" que muestran la rabia contenida de esta mujer, todo ello acompañada de una voz aguda que se hace patente al final. Ole sus ovarios por hacer un tema como éste y no callarse ante este tipo de situaciones. Esto es a lo que principalmente me refiero con que la música es un medio de expresión. Simplemente bravo.

Y ya por último, Cave Of Spleen cierra este fantástico disco, empezando con unas pequeñas notas de guitarra que son rasgadas con mucha emoción, melodías posteriores y suspiros de Juliet, que se van acrecentando y volviendo cada vez más gordo el sonido y más descontrolada la voz de esta mujer que a estas alturas es raro que no cautive a cualquiera.

Esto es arte, expresión y sentimiento, y cuando la música transmite, entra mejor que cualquier copa.



Puntuación: 10/10

martes, julio 20, 2010

Impureza - La Iglesia Del Odio (2010)

Buufff... esto sí que no me lo esperaba. La verdad es que hoy tenía pensado dedicarle la entrada a otro disco, pero ha sido escuchar éste y pensar "esto tengo que colgarlo por cojones sí o sí". Porque lo cierto es que me ha dejado con el cuello desnuncado, ante la propuesta musical de la banda, y el buen hacer que tienen. Todos sabemos lo que nos enorgullece ver referencias a nuestro país fuera de éste, sea del modo que sea. Sobre todo, ver grupos extranjeros que cantan en castellano es algo que nos motiva muchísimo a escuchar dicho grupo (y el que diga que no, miente).

Ya comenté hace poco aquí algo de los japoneses Corrupted. Pues bien, esta vez hablo del disco debut de esta banda francesa (Francia... qué grande Francia), que presenta letras en castellano. Pero la cosa no queda ahí, no. Su sonido también se ve influenciado, un Death Metal que encierra... Flamenco. Así, como lo leéis, Flamenco. Y todo metido de una manera asombrosa.

Porque Impureza añade además del sonido propio del Death Metal instrumentos propios del Flamenco como guitarras españolas, castañuelas o palmadas. Como unos Nile, pero a la flamenca, y menos técnicos quizás y más groovies que los antes citados. Aparte de todo ello, destacaría sobre todo la voz, que recuerda muchísimo a la de Tony Campos en Asesino (y si no, haced la comparación y ya me diréis), a su vez que la batería, con ese golpe de platillos seco tan característico.

Disfrutaréis de temas como El Gitano Maldito, quizás el tema más a la española del disco, el groove de temas como Marranes o La Luz De La Luna Negra (éste último con un sonido cavernoso muy cercano a Incantation), el sonido tan Nile que llevan en Besar La Mano Del Infame, o las castañuelas que acompañan a Las Iglesias Del Odio.

Un auténtico demonio invocado por los hispanos infieles dispuesto a despellejarte y a empalarte vivo, una maldición gitana que te hará entrar en cólera e ira y te poseerá cual muñeco. Eso es La Iglesia Del Odio.


(Agradecimientos a Alexcore por la descarga)



Puntuación: 9'25/10

lunes, julio 19, 2010

Iwrestledabearonce - It's All Happening (2009)

Hoy, acabo de recordar lo que siempre me dice un amigo mío: no soporta las voces femeninas, en general. Yo la verdad es que no entiendo que diga eso, porque lo cierto es que hay un montón de mujeres con mucho prestigio en el mundo de la música, y suelen ser las que más fácil llegan a alcanzar registros vocales que ni siquiera una voz masculina puede alcanzar. Centrándonos en el Metal, podemos encontrarnos con viejas leyendas como Doro, y ni hablar de la actualidad con gente que aún sigue dando guerra como Sabina Classen (Holy Moses). Incluso podemos encontrarnos a auténticas gorrinas a las voces de bandas Brutal Death como Awaiting The Autopsy o Psychobolia. La única que no trago es Angela Grossow, quizás por el hecho del endiosamiento que la mayoría del público metalero tiene hacia ésta, sobre todo por el simple hecho de que está buena, fijándose la mayoría más en eso que en su voz, que tampoco es que sea la séptima maravilla habiendo gente mucho antes que ella dando lecciones (a Sabina Classen me vuelvo a remitir).

Pero alejándonos del Metal y de asuntos que no vienen a cuento, y centrándonos en el Core, hoy quiero hablar de una banda que desde su aparición me ha resultado toda una revolución dentro del Core en sí. La mayoría de los que se mueven por estos lares conocerán Iwrestledabearonce. Gente joven y una banda realmente reciente (se formó en 2007), Iwrestledabearonce es un grupo la mar de curioso debido a su manera de realizar música, experimental, variada y con mucho sentido del humor. Y es que en un mismo tema te puedes encontrar cosas tan dispares como Deathcore, Electrónica, música Disco y Pop (!!!), Metalcore y Mathcore. Con tan sólo un EP homónimo y su disco debut en la calle lanzados por Century Media, esta gente también destaca por estar las voces a cargo de Krysta Cameron, chica que puede permitirse el lujo de dar un repaso a muchas bandas con sus voces Death, screams y limpias, todas con una maestría que tumba hacia atrás. En serio, es imposible no enamorarse de esta mujer. Aparte de ello, también destacan por su puesta en escena en los conciertos en ocasiones, presentándose Krysta con un disfraz de Furby, entre otras cosas. Unos cachondos, desde luego. Dichos detalles son los alicientes que han alzado a la banda como toda una sorpresa y le han dado el reconocimiento que tienen hoy en día en el mundo del Core.

Las guitarras son todo un alarde de buen hacer, y de la locura suprema cuando empiezan a darle a una técnica propia de unos Psyopus, llegando incluso a lo absurdo. La batería tampoco se puede decir que es manca (atentos al trabajito que se marca en Tastes Like Kevin Bacon). Tampoco se puede decir lo mismo del bajo, que aunque como siempre se haga menos notorio, está ahí, y marca junto con la batería el ritmo de buena manera.

Con títulos tan cachondos como The Cat's Pajamas, Pazuzu For The Win o Black Eyed Bush (temas que pasan a un plano más ambiental y experimental), It's All Happening es una muestra de cómo hacer música diversa sin llegar al aburrimiento. Disfrutarás con la música Disco y los breakdowns de You Aint No Family, la Electrónica y las voces suaves de Krysta en White Water In The Morning, o ese momento "cowboy" cachondo de Tastes Like Kevin Bacon. Y si no, también disfrutarás del toque popero y esquizofrénico de Danger In The Manger. Hablaría con detalles de cada tema, pero lo cierto es que es algo que está lejos de mi alcance debido a la cantidad de matices y detalles que presenta. Es mejor que lo escuchéis y disfrutéis por vuestra propia cuenta.

Una banda joven y prometedora que calla de una vez por todas las voces que hablan acerca de que el Core moderno no tiene nada más que demostrar y que está estancado y muerto hoy en día. Pues ahí tenéis una muestra de que no es así, y ya podéis seguir de tozudos con vuestros comentarios sin argumentos, que servidores como yo seguirán disfrutando de esta música.

Si te gusta Arsonists Get All The Girls, pero con un enfoque mucho más variado, Iwrestledabearonce te dará lo que buscas. Chúpate ésa, Angela Grossow.




Puntuación: 9'25/10

domingo, julio 18, 2010

Caïna - Temporary Antennae (2008)

En estos últimos años, he empezado a encontrarme un género que me ha llamado bastante la atención: Post-Black. El caso es que más que un género en sí, es una etiqueta para llamar la atención del oyente, ya que no está definido su sonido, es decir, aún no se tiene claro a qué se quiere llamar cuando decimos "Post-Black", pero ya sabemos que hoy en día todo lo que lleva la palabra "Post" llama la atención de uno (a mí por ejemplo). Dicha etiqueta me la he encontrado en grupos que van desde el Black Metal más Avant-Garde, hasta el Black Metal que hoy en día realizan bandas como Altar Of Plagues, Lântlos o Amesoeurs, ahondando en el Post-Rock, Post-Metal y demás. La conclusión a la que llego es que con el Post-Black se intenta referir a todos aquellos grupos Black Metal que se alejan de la línea de éste, sin llegar a ser Folk ni Viking Metal, y manteniendo igualmente la base de dicho género.

Quizás como he dicho sea una etiqueta un tanto absurda que no sirve más que para llamar la atención, pero lo cierto es que grupos como Caïna podrían ser un buen referente para intentar darle una definición del sonido del Post-Black. Porque la verdad es que lo de este grupo es algo que cuesta encontrarse en otra banda. Un sonido profundo, abstracto, que sumerge al oyente en un mundo desolado.

Poco se sabe de este grupo. Caïna es un proyecto proveniente de Reino Unido, formado por Andrew Curtis-Brignell, quien colabora en otros grupos experimentales como Celestial Sea y The Red Cathedral. Comenzando como una banda Black Metal como cualquier otra, pronto empezaría a presentar influencias propias del Post-Rock, Black Metal depresivo y la Electrónica. Tras dos LP's, Some People Fall y Mourner, y tras varios EP's y demos, lanza su tercer y último álbum hasta la fecha, Temporary Antennae, bajo el prestigioso sello Profound Lore Records. Creo que no hace falta hablar de dicho sello, sólo entrad en su MySpace y flipad aquellos quienes aún no lo conozcan: Portal, Bloody Panda, YOB, Altar Of Plagues, Amesoeurs... y me quedo corto, normal que se encuentre bajo un sello como éste. ¿Qué vamos a encontrarnos aquí? Pues un pasaje a lo sombrío y lo alegre, en su justa medida, porque Temporary Antennae es un trayecto por los lugares más recónditos de la mente, y a su vez la visión optimista de la vida. Suena contradictorio, pero ya veréis en cuando empecéis a escuchar el disco y os deis cuenta de que no podéis pararlo, porque os atrapará al instante, os lo aseguro.

El disco comienza con Manuscript Found In Unmarked Grave, 1919 a modo de intro, donde ya os podéis encontrar lo que decía hace un momento de lo alegre y sobrecogedor, con un arpa que va acompañada de unos sonidos propios de ultratumba, para acabar con unos recitales sobrecogedores. Sin darnos tiempo a degustar la intro, nos ataca con Ten Went Up River, primer tema que te enterrará vivo con sus riffs, su sonido, voces y piezas de teclado, todo ello con un sonido próximo a Altar Of Plagues, y que se va apoyando en guitarras acústicas y melodías propias del Post-Rock que te atrapan y seducen al instante y termina dejándonos con el canto de una niña que te dejan helado.

A continuación, Willows And Whipporwills comienza con un Post-Rock propio de unos Red Sparowes simplemente acojonante que hunde tus sentimientos, acompañado de voces suaves y distorsionadas que ayudan a conseguir ese toque de dulzura y tristeza simplemente apabullante, que se irán tornando cada vez más blackers y opresoras, todo sin dejar de lado esas atmósferas esotéricas que te harán rendirte ante sus pies. Nuevamente nos dejará con los mismos cantos de niño del anterior tema.

Tobacco Beetle presenta un sonido mucho más propio del Black Metal depresivo de unos Shining, con distorsiones de guitarra alucinantes y un uso de la Electrónica marcando el ritmo sin igual a final de tema. Y tras éste, da paso a Larval Door, donde la Electrónica hace mayor acto de presencia, con un sonido Post-Rock rozando incluso el Indie. Aquí es cuando notamos lo increíble que es ver la diferencia tan abrumadora del disco entre éste y el anterior tema, da la sensación de que estamos escuchando dos discos a la vez, o un Split de dos bandas que no tienen nada que ver.

...And Ivy Wound Round Him mantiene el sonido y las atmósferas del Post-Rock, desapareciendo por completo el sonido electrónico anterior, y que se sigue manteniendo en Them Golds And Brass, hasta que comienza Andrew a dar unos recitales con su voz distorsionada y entra un riff blacker por delante. Petals And Bloodbowls vuelve a recuperar el sonido alegre de Larval Door, e incluso presenta un sonido mucho más próximo al Shoegaze de unos My Bloody Valentine.

Toda esa alegría pasa a ser sustituído por un sonido más triste con el tema homónimo que da nombre al disco, Temporary Antennae, donde con sólo dos cuerdas consigue una melodía que atrapa, para estallar en una batería arrolladora que te deja inconsciente. Nuevamente la Electrónica hace acto de presencia a final de tema entre el ritmo de batería y los sonidos que se acercan disimuladamente al Noise. Y ya llegamos al final con None Shall Die, con sus melodías que se apagan como una leve llama en medio de la oscuridad.

Magistral, un disco que comenzaba con todos los ingredientes del Black Metal, y que se va disipando hacia un Post-Rock melódico y emotivo a medida que avanza el disco, como la luz al final de un túnel. Si esto es Post-Black, alabado sea éste.



Puntuación: 9'5/10

jueves, julio 15, 2010

Sólstafir - Köld (2009)

Todos conocemos cuál ha sido la evolución de Anathema y Katatonia en su música. Casi al mismo tiempo, ambas bandas comenzaron como grupos de Death/Doom muy primitivo, para posteriormente y con el paso de los años evolucionar hacia un Rock progresivo, depresivo y, por qué no, gótico. De hecho, Anathema son considerados unos de los grupos primordiales en el Gothic Metal junto con Paradise Lost y Type O Negative.

Pues bien, si Anathema y Katatonia lideran ese primer y segundo puesto respectivamente, ¿quiénes podrían ser los terceros? Porque en todo podio que se precie hay un tercer ganador. Y éstos son, sin ninguna duda, Sólstafir, la versión vikinga de los dos antes mencionados. Y si me dieran a elegir entre lo último de Anathema, Katatonia y Sólstafir para llevarme a una isla, no dudaría en quedarme con lo último de éstos (ala, ya puede empezar el lapidamiento).

Pero es que es cierto, no miento si os digo que este disco supera con creces a lo ya visto en Night Is The New Day de Katatonia y el We're Here Because We're Here de Anathema, y aunque pueda resultar una blasfemia, mi opinión se mantiene ahí. Porque lo que uno puede sentir en Köld, es algo que ni siquiera los dos titanes pueden llegar a alcanzar, y eso es decir mucho, muchísimo, de esto. Desde Islandia (sí, esa bonita isla cuyo volcán mandó a tomar por saco el concierto de Despised Icon aquí en Canarias), esta banda aparece allá por 1994. Por aquel entonces realizaban un Viking Metal áspero, tirando al Black, muy sucio. Pero con el paso del tiempo, acabaron mutando de la misma manera que los dos colosos anteriores también hicieron, y acabaron transformándose en una banda de Rock progresivo depresivo, muy depresivo. Y tras ese pepinazo que es Masterpiece Of Bitterness, la banda lanza en 2009 su nuevo álbum: Köld.

Para empezar, el disco lanza su primera carta, 78 Days In The Desert, un tema instrumental bastante enérgico, con alguna que otra melodía. Incluso me atrevería a decir que presenta ciertas reminiscencias del Stoner (y no lo digo por el título del tema, eh). Pero el que realmente destaca es el tema que viene a continuación, tema que da nombre al álbum, y que comienza con un estallido de batería tremendo, como si de una supernova se tratase, para dejarnos solos con unas melodías de guitarra que van rasgando de una manera pasmosa, y la voz de Tryggvason, desgarradora y emotiva a la misma vez, que más que cantar parece que llora. Pero el súmmum llega cuando los instrumentos paran de golpe, y dan paso a una sinfonía propia de una catedral mientras Tryggvason suplica al cielo con una voz melodiosa que te entra por las entrañas sin posibilidad alguna de poder deshacerte de ella. Y nuevamente estalla en una nueva supernova con el arranque de la batería (tremenda batería, por cierto). Sublime, un tema que es necesario escuchar en profundidad, tumbado, con la mente despejada y los ojos cerrados.

Entonces damos paso a Pale Rider, mucho más acelerada que el anterior tema, con una batería que no para en todo momento, pero manteniendo la voz emotiva y desgarradora. A éste le sucede She Destroys Again, que parte con unas melodías de guitarra que te dejan vulnerable, junto con la voz dulce y melodiosa de Tryggvason, para acto seguido mandarte a las estrellas con un ritmo desenfrenado de la batería y las guitarras que llega incluso a rozar el Punk, y la voz que se convierte en una especie de Dexter Holland de The Offspring, pero en vez de resultar animada y motivadora, es triste y apagada por momentos.

Necrologue es probablemente uno de los temas más relajados junto con el que le sucede, donde hace mayor acto de presencia el bajo, y donde en algunos momentos pueda resultar como una especie de Nirvana, sobre todo por la voz, que cambia de timbre como le da la santa gana, pero a su manera. A continuación, World Void Of Souls comienza con unas atmósferas y cánticos dignos de una procesión, con sonidos cristalinos y unos recitales acompañados de unas notas de guitarra que suenan desde la lejanía, y que tras varios minutos de auténtico trance, la batería hace acto de presencia, con unas influencias muy claras del Space-Rock. Una auténtica oda a los dioses y al cosmos.

Love Is The Devil (And I Am In Love), el de menor duración de todos, es un tema que nos deja sin aliento, debido a la energía que desprende, al ritmo, a las guitarras cuyo sonido entra por cada poro de nuestra piel cual veneno endulzante, junto con la voz cuasi punkarra de Tryggvason, ese solazo que se marcan... Casi 5 minutos que resultará un auténtico ataque directo hacia nuestros oídos y nuestros corazones, dejándonos simplemente enamorados de éste. Y ya por último, Goddess Of The Ages cierra la más de hora de auténtico viaje hacia el infinito de este disco, con un ritmo de batería muy marcado y unas guitarras que rasgan melodías como quien rasga el envoltorio de un regalo esperando una gran sorpresa. Melodías de las que es inevitable quedarse prendado, tanto de las guitarras como de la voz propia.

"I'm dying here I am."

Letras con las que podemos llegar a esbozar incluso una lágrima. Letras que son inspiración para nuestra vida. Letras que nos pueden herir sin previo aviso.

Sencillamente increíble. Podría usar tantos calificativos como existen en el lenguaje humano, pero lo cierto es que me quedaría corto. Porque Köld es algo que ni siquiera las palabras pueden transmitir. Sí, está claro que me lo llevaría a una isla.



Puntuación: 10/10

miércoles, julio 14, 2010

Zao - The Splinter Shards The Birth Of Separation (1997)

Uf, mira que a veces se me hace difícil hacer una reseña por falta de inspiración, pero lo cierto es que hoy voy a hacer un esfuerzo, porque lo que voy a comentar ahora vale mucho, MUCHO, la pena. Y es que esto no es una banda cualquiera, es un coloso que lleva dormido desde hace mucho tiempo.

Y para que veáis que lleva bastante tiempo dormido, vamos a remontarnos al siglo pasado, a 1997, con uno de sus mejores discos, pero antes hay que hablar de quiénes son. Zao (cuyo nombre en griego significa "vivo") nace en 1993 de la mano y mente de un grupo de chavales pertenecientes a una iglesia evangélica con ganas de sacar su vena más alocada y desenfrenada. De esta manera nace esta banda, al igual que nace la banda que más adelante daría lugar a toda la tropa de bandas de Metalcore cristiana que existen hoy en día, véase Norma Jean, Underoath o August Burns Red. Este hecho hizo que la banda fuera tachada de "demoniaca" por las altas esferas de la iglesia por la propuesta de su música agresiva, pero lo cierto es que con el paso de los años han ido desvinculándose del sentimiento cristiano, llegando incluso a repudiarlo y criticarlo.

Y no sólo en sus letras ha habido una cierta evolución. También lo ha habido en su formación, llegando a estar en el presente sin ninguno de sus miembros fundadores, siendo el más antiguo de ellos el vocalista Daniel Weyandt que lleva desde el año 1997 en la formación. En serio, hasta a mí me cuesta ver la trayectoria de la banda con tanta entrada y salida de músicos. The Splinter Shards The Birth Of Separation es la selección que hago de una extensísima discografía (10 LP's, casi ná) ya que es uno de los primeros discos de la banda que aún contaba con miembros originales de ésta, y por ser uno de sus mejores discos junto con Parade Of Chaos y Where Blood And Fire Bring Rest. ¿La música de Zao? Prepararos para un estallido de rabia y furia en un Metalcore que aún se encontraba muy vinculado al Hardcore de antaño, llegando a los extremos del Noisecore (aunque no tanto como en otros discos de la banda). Un sonido muy sucio, unas guitarras que van a vapulearte como un saco de boxeo, una batería implacable y una voz que esputa sangre al gritar, todo ello junto con unos breakdowns muy primitivos que te harán sacudir la cabeza irremediablemente. Incluso podríamos decir que tiene cierta influencia del Thrash, llegando a un Crossover bastante raro (o al menos eso me da la sensación temas como Song 1).

Descargarás adrenalina pura con temas como Times Of Separation, Endure, The Children Cry For Help (absolutamente brutal la transición que recorre este tema), y cuando haya terminado el disco, no vas a poder evitar volver a darle al play, porque esto es cafrería pura y dura de la que no podrás escapar tan fácilmente.

Si Converge es la cara A del cassette del Hardcore, Zao es sin duda la cara B de éste.



Puntuación: 9'5/10

martes, julio 13, 2010

Septic Flesh - Sumerian Daemons (2003)

Aún recuerdo cuando creé este blog. En un principio la idea era usarlo para subir discos día al día. El problema residía en que no contaba con cuenta Premium en ningún servidor de DD, y era un peñazo estar comprobando las descargas y re-subiendo discos, más con una conexión que se cae continuamente. Y no crean que no llegué a perder los nervios al ver que se me caía ésta y tenía que volver a subir el disco (se dio el caso de pegarme 5 horas intentando subir el mismo archivo). Harto de todo esto, decidí darle otro enfoque al blog, comentando discos, grupos y haciendo secciones especiales, todo ello centrado en la música que me apasiona.

La primera entrada que realicé fue la del disco Trivmvirate de The Monolith Deathcult (si no lo has escuchado ya, estás tardando). En él, mencionaba a unos Septic Flesh, banda que se dio a conocer sobre todo con su último disco Communion, disco que se mencionó como uno de los mejores del 2008. Pero hoy no voy a hablaros de ése. No. Hoy hablaré del que es considerado EL DISCO de esta banda: Sumerian Daemons.

Producido por Fredrik Nordström, guitarrista de Dream Evil y que es máximo productor de bandas MeloDeath en general como son In Flames, Soilwork, Dark Tranquility y At The Gates, este disco supone la cúspide de la banda, su cima, el Everest, y también supone el último disco que realiza la banda antes de su disolución hasta 2007, en el que vuelven a formarse para parir Communion. Auténtico mastodonte que muestra una composición y potencial musical abrumador, al que muy pocas bandas pueden llegar. Death Metal, atmósferas, coros, sopranos, cantos rituales, arreglos orquestales... todo ello en una mezcla explosiva que nos hará dejar con la baba colgando. Hay que destacar sobre todo con la presencia de Natalie Rassoulis en este disco, ex-miembro de Chaostar, quien ya contribuyó en anteriores trabajos de la banda con su voz de soprano increíble. Comentaría en profundidad el disco, pero es algo que debéis hacer vosotros, ya que la cantidad de elementos en este disco es tan grande, que me costaría comentarlos tema por tema, aparte de que todos son grandes de por sí, ninguno destaca por encima del resto, todos son maravillosos a su manera. Pero vamos, igualmente vais a alucinar con las orquestas de Red Code Cult, los coros y toques Doom que presentan en temas como Unbeliever, el toque Industrial y gótico de Dark River, ese toque árabe que presenta Mechanical Babylon, o la voz de Natalie Rassoulis en Faust, uno de mis temas favoritos de este disco. Es indescriptible la sensación que tiene uno de escuchar la voz de esta mujer con esos arreglos de orquesta de fondo tan épico (sick) en este tema, se me pone la carne de gallina.

Sencillamente acojonante, no entiendo cómo un disco como éste puede albergar tantos elementos y encima quedar encajados de una manera simplemente perfecta. Pero sí tengo clara una cosa: poder, es posible, y ellos lo han conseguido con Sumerian Daemons. Arrodillaros antes la majestuosidad y el toque ecléctico de esta obra maestra.



Puntuación: 9'75/10

lunes, julio 12, 2010

The Arusha Accord - The Echo Verses (2009)

Ayer, se producía uno de los momentos históricos que pasarán a la posteridad: España ganando el Mundial del fútbol. Todos sabemos lo que supone eso: días, semanas, meses (e incluso años) hablando de tal acontecimiento, mostrando lo españoles que son la mayoría de la gente, cosa que sólo lo sienten en momentos como éste en el que consideran que cosas como éstas los representan cuando al menos a mí no me representan nada. Y todo eso conlleva a lo mismo de siempre: política, fútbol politizado que genera conflictos y divisiones en una sociedad que ya está bastante dividida de por sí. Los humanos somos así por naturaleza, tendemos a dividirnos en grupos, en lanzarnos piedras los unos a los otros y en auto-destruirnos al igual que todo lo que nos rodea. Semos así de volátiles.

Pero por supuesto aquí uno no le da tanta importancia de la que mis letras puedan aparentar, pero es imposible no hablar de ello cuando te bombardean con noticias, conversaciones y demás de lo mismo. Así que al final acabas volviéndote loco, y precisamente eso es lo que representa el disco que vengo a hablar ahora: la locura. Porque este disco es locura absoluta, pero atrapándonos de una manera que no podemos deshacernos de ella, cual telaraña de viuda negra. Hablamos de The Arusha Accord, y de su disco The Echo Verses.

Directamente desde Reino Unido, llega esta banda dispuesto a arrasar con todo a su paso como un huracán. Después de un Split con la banda A Textbook Tragedy y de un EP titulado Nightmares Of The Ocean, lanzan su disco debut The Echo Verses, una muestra del mejor Mathcore que te puedas echar en la cara y escuchado hasta ahora. Porque, a pesar de no innovar en nada, lo cierto es que consiguen un disco digno de mención gracias a esa mezcla de dicho género con las melodías y voces dulces y suaves propias del Post-Hardcore. Es como una especie de fusión rara entre The Dillinger Escape Plan y Alexisonfire, así a lo rápido para hacer una comparación, pero por supuesto, llevado de una manera que sólo ellos pueden hacer. Incluso podemos encontrar resquicios del Progresivo propios de unos Tool, o de bandas como The Number Twelve Looks Like You y Fear Before The March Of Flames, o del Jazz (aunque esto no es nada nuevo a estas alturas).

Bajo el sello A Wolf At Your Door Records, The Echo Verses es como estar dentro de un cubo gigante que no para de dar vueltas sin una pauta a toda velocidad, haciéndonos impactar contra todos lados. Alucinaréis con los registros scream y hardcoretas de las voces, las melodías y cambios de trastes y ritmos continuos y alocados de las guitarras que incluso por momentos te pueden hacer recordar a unos Psyopus y sus melodías, o la técnica matemática y la ejecución milimétricamente de la batería que no para de aporrear como un poseso. Podría hablar del disco tema por tema, pero lo cierto es que The Echo Verses es simplemente una inyección de Mathcore. Disfrutaréis de la locura de The Tightrope, de la brutalidad sonora de Desolate, de las melodías de The Resurgent, o de las reminiscencias de Tool y el excelente trabajo del bajo en Last Rise Of The Fallen King. Y no creáis que no disminuyen la marcha, porque lo hacen.

Ellos son The Arusha Accord, y vienen con muy mala hostia, directo a estamparte contra la pared con su explosión sonora. ¿Te gusta el fútbol? Olvídate de eso, esto es el mejor partido que habrás escuchado nunca.



Puntuación: 9/10